Salvación inesperada: debido a la caída de la actividad solar, la Tierra espera un enfriamiento

En el contexto de noticias aterradoras sobre los cambios en nuestro planeta asociados con el calentamiento global, los eventos que tienen lugar en la superficie del Sol parecerán una verdadera salvación. Resulta que nuestro planeta espera enfriamiento debido a una disminución en la actividad solar. Si estos eventos no conducen al enfriamiento global, entonces al menos pueden ralentizar significativamente los procesos negativos asociados con el calentamiento.

En la superficie del Sol, se están produciendo procesos que conducen a un aumento o disminución de la actividad solar. Los científicos distinguen los ciclos de actividad de 11 años de nuestra estrella, que pueden diferir en la cantidad de manchas solares en la superficie del sol. El próximo ciclo comenzará en 2020, pero ahora los investigadores señalan que la actividad de la luminaria ha disminuido, con lo que el duro y prolongado invierno de 2018 puede asociarse en muchas regiones del hemisferio norte. Según los científicos, los próximos tres ciclos irán acompañados de una disminución en el número de manchas en el sol y una disminución general en la actividad de nuestra estrella. Curiosamente, tales procesos ocurren regularmente, y en la historia de la humanidad hay muchos ejemplos de cómo una disminución en la actividad del sol condujo a un enfriamiento en el planeta.

El período de enfriamiento más famoso del último milenio se llama el mínimo de Maunder. Ocurrió en los años 1650-1715 y estuvo acompañado por una marcada disminución de la temperatura. Durante estos 6 ciclos solares, el número de puntos en el Sol no superó los 50. En este sentido, el mínimo de Maunder se convirtió en el período más frío en la historia de la pequeña era de hielo, que duró en el planeta desde los siglos XIV al XIX. En los registros históricos, se puede encontrar mucha evidencia de que la pequeña edad de hielo estuvo acompañada de un enfriamiento significativo: en París hasta finales de abril hubo ventisqueros, el Estrecho del Bósforo estaba cubierto de hielo, y a fines de la primavera y principios del otoño, se produjeron malas cosechas e inanición.

La mayoría de los expertos creen que la disminución de la actividad solar que nos espera en los próximos 30 años es poco probable que conduzca a tales cambios globales. Aunque hay pesimistas instando a la humanidad a prepararse para lo peor. En las condiciones del factor antropogénico más fuerte, que está teniendo un impacto cada vez mayor en el clima, es bastante difícil hacer pronósticos precisos. Es posible que una disminución en la actividad solar nivele el efecto que tienen los gases de efecto invernadero, y los procesos asociados con el calentamiento global se ralentizarán en nuestro planeta. Es probable que vuelva a aparecer una capa de nieve en el Kilimanjaro, el nivel del Mar Caspio deje de caer y los osos polares en las costas del Océano Ártico ya no sufrirán el calor sofocante y el derretimiento de los glaciares.

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