Un hombre chino ayudó a una niña pobre con sus estudios, y 11 años después ella le salvó la vida.

El mundo está lleno de buenas personas, y cada uno de nosotros debe haber ayudado al otro. La historia de hoy demuestra que las buenas acciones realizadas de manera absolutamente desinteresada, por un sentido de compasión, no solo traen placer y hacen del mundo un lugar mejor, sino que también pueden regresar a nosotros con un bien aún mayor e incluso salvar vidas. Esto es exactamente lo que sucedió con un residente de China, Zheng Hua, quien en una situación difícil acudió en ayuda de una niña llamada Tam Lin.

La bebé Tam Lin nació en una familia muy pobre: ​​su padre estaba discapacitado y su madre a menudo estaba gravemente enferma. Como resultado, desde la infancia, tuvo que ayudar constantemente a sus padres y asumir la responsabilidad de cuidarlos a ellos y a otras dos hermanas menores. Cuando ya estaba en la escuela secundaria, en la provincia de Sichuan donde vivía, ocurrió un fuerte terremoto. Afortunadamente, la familia permaneció ilesa, pero su casa fue completamente destruida. Estaban desesperados. Pero pronto el destino trajo a la familia Lin con Zheng.

El propio Zheng Hua creció en la familia de un granjero pobre y, por lo tanto, como nadie, entendió todas las dificultades de la vida de una niña. Quería ayudarla tanto que dejó su número de teléfono y le pidió que le devolviera la llamada cuando Tam terminara la escuela. Entonces ella lo hizo. Al no esperar que el hombre recordara sus palabras unos años más tarde, se sorprendió gratamente de haberse equivocado. La persona amable no solo la recordaba, sino que también ayudó a ingresar a un instituto médico y le pagó todo el primer año de estudio. Por cierto, la cantidad es bastante grande.

¿Quién hubiera pensado que un destino impredecible volvería a unir a estas dos personas después de 11 años enteros? Sin embargo, sucedió que Zheng se enfermó en el trabajo y fue llevado rápidamente al hospital. Los médicos dijeron que tiene un aneurisma cerebral: la situación es muy peligrosa y puede morir. Por casualidad, la niña que salvó acababa de trabajar en este hospital. Se convirtió en optometrista, especialista en corrección de la visión, y se casó con su esposo como médico. Al enterarse de que Zheng Hua está aquí, junto con su esposo, se apresuraron a hacer todo lo posible para que no muriera. Gracias a ellos, el hombre recibió ayuda de inmediato, y su condición estaba bajo un control especial. Como resultado, no solo pudieron salvarle la vida, sino que lo hicieron incluso sin una operación peligrosa, como suele ser el caso con un diagnóstico similar. Cuando regresó, no dejó de agradecer a su salvador.

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