Nuestros ancestros prehistóricos eran verdaderos acróbatas.

Durante muchos años, los científicos pensaron que los ancestros de la gente de hoy, los monos y los lémures eran animales relativamente lentos y tranquilos que usaban sus brazos y piernas para arrastrarse a lo largo de pequeñas ramas y troncos no muy altos desde el suelo en busca de insectos y frutas. Pero un nuevo estudio sugiere que los primeros primates fueron acróbatas reales saltando a través de los árboles. A un fósil de 52 millones de años se le ocurrió tal pensamiento por parte de los científicos.

La respuesta está en el hueso

Los primeros primates pasaron la mayor parte de su tiempo en los árboles, no en el suelo; la comunidad científica nunca ha discutido realmente con esto. La pregunta principal era cuán hábilmente podían moverse a lo largo de las copas de los árboles. Parece que ahora la gente finalmente ha encontrado la respuesta.

Una pista era un hueso pequeño más corto que un centímetro de largo, descubierto en una cantera en el sureste de Francia, la parte inferior de la articulación del tobillo que pertenecía a una criatura del tamaño de una ardilla listada. Esta criatura se llama Donrussellia provincialis y se considera uno de los primeros miembros de la familia de los primates. Anteriormente, era posible encontrar solo las mandíbulas y los dientes de este animal, que legítimamente se puede llamar nuestro ancestro.

Movimiento es vida

¿Qué significa este hallazgo? Los científicos examinaron cuidadosamente el hueso encontrado y lo compararon con los tobillos de otros animales, utilizando algoritmos informáticos para analizar un modelo tridimensional de cada hueso diminuto. Para su sorpresa, el tobillo de Donrussellia provincialis no se parecía a los tobillos de otros primates, pero se parecía mucho a los tobillos de Tupaya, un mamífero venenoso de Australia, así como a otras especies animales que no son primates.

El análisis mostró que la criatura prehistórica no solo trepaba o saltaba de rama en rama a baja altitud, sino que muy bien podía saltar entre los troncos, usando sus patas para aferrarse más convenientemente. Los investigadores dicen que, contrariamente a la opinión de muchos científicos, los primeros primates pueden haber desarrollado habilidades de salto acrobático, y los cambios anatómicos que les permitieron aferrarse a las puntas delgadas de las ramas y arrastrarse de árbol en árbol aparecieron más tarde.

Lo más probable es que los primeros primates necesitaran esta habilidad para escapar de los depredadores que esperaban debajo de los árboles.

Deja Tu Comentario