¿Por qué el colesterol no es peligroso para los residentes del extremo norte?

Uno de los principios de una nutrición adecuada, que toda la humanidad progresiva busca seguir, establece que la mayor cantidad posible de verduras y frutas frescas deben estar presentes en la dieta, y que no se debe abusar de los alimentos grasos y de carne. Resulta que esta regla no es para todos. Hay personas en nuestro planeta para quienes el consumo diario de alimentos grasos para el desayuno, el almuerzo y la cena es simplemente necesario para mantener una buena salud y rendimiento. Se tratará de los pueblos del norte, que durante milenios de vida y evolución en las condiciones naturales más difíciles han adquirido características interesantes que los distinguen significativamente del resto de la población mundial.

En el cuerpo humano hay genes que son responsables de la asimilación de varios alimentos. El complejo proceso bioquímico de digerir y asimilar alimentos ricos en grasas se llama metabolismo lipídico. Uno de los participantes más importantes en este proceso es el gen de la apolipoproteína E (APOE abreviado). Es responsable de regular el colesterol en la sangre. El colesterol, contenido en grandes cantidades en carne grasa, pescado, productos lácteos grasos, ha sido declarado el enemigo número uno para el sistema cardiovascular en el mundo moderno. Los nutricionistas aconsejan limitar su uso, especialmente a los ancianos. Pero, como descubrió la genética, esta regla no se aplica a todos. Los científicos compararon la presencia del gen APOE, o más bien uno de sus componentes, el alelo e4, asociado con la regulación del colesterol, en los pueblos de la zona subtropical y en los grupos étnicos del norte. Resultó que entre los finlandeses, sami, komi, chukchi, esquimales, khanty y nenets este alelo se encuentra en el 20% de los casos, mientras que en los pueblos del sur este indicador no supera el 5-7%. La base de la dieta de los pueblos del norte es la carne y el pescado de animales. Pero al mismo tiempo, el contenido de colesterol en la sangre de estos pueblos es mucho más bajo que el de los europeos que consumen significativamente menos carne. Según los científicos, esta diferencia se debe a las características genéticas de los norteños, así como a su estilo de vida. El hecho es que durante una larga evolución en condiciones de frío, estos pueblos desarrollaron mecanismos para la asimilación de grandes volúmenes de alimentos para animales sin dañar la salud. De hecho, en las latitudes del norte, donde la elección de los alimentos vegetales se limita a las bayas, nueces y algunas hierbas, la base de la nutrición de las personas es la carne de animales salvajes y domésticos, así como el pescado gordo del norte. Estos alimentos representan hasta el 90% de la dieta total. Para calentar su cuerpo y proporcionar energía para el trabajo físico duro, la gente del norte necesita consumir más calorías, y esta es la norma para ellos. Resulta que durante la evolución de estos pueblos, la peculiaridad de digerir y asimilar una gran cantidad de alimento para animales estaba genéticamente arraigada, y el colesterol no amenaza su salud física.

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